Josep Lluís Sert como si hablara hoy
(Anatxu Zabalbeascoa, Del tirador a la ciudad, El País, 29/04/2011)
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Josep Lluís Sert siempre se sintió muy cercano al mundo artístico, y defendió una síntesis intelectual entre la arquitectura y las artes plásticas. A lo largo de su vida, la relación entre paisaje, arquitectura y objeto artístico fue un eje fundamental del desarrollo de su obra.
Este libro recopila una serie de escritos que ilustran el pensamiento de Sert respecto a la integración entre arquitectura y arte, y dan cuenta de su relación con destacadas figuras del mundo artístico como Joan Miró, Alexander Calder o Pablo Picasso. Los textos vienen precedidos por una conversación en la que Sert hace un repaso a su trayectoria personal y profesional, y por la transcripción de su intervención en el simposio celebrado en The Museum of Modern Art, en 1951. En ambos textos se perfilan ya las principales ideas que, con el tiempo, serán representativas de su obra.
Indice de contenidos
Josep Lluís Sert. Conversaciones entre artistas y arquitectos. Por Patricia Juncosa
Josep Lluís Sert. Entrevista con John Peter, 1959
La relación entre la pintura y la escultura con la arquitectura, 1951
La integración de las artes visuales, 1955
Joan Miró. Pintura para grandes espacios, 1961
Lugares de encuentro para las artes, 1975
Alexander Calder, 1976
Vivir y trabajar con Joan Miró, 1980
Homenaje a Joan Prats, 1981
Picasso en los años del Guernica, 1982
Procedencia de los textos
Créditos de las ilustraciones
Extracto de la introducción
Josep Lluís Sert. Conversaciones entre artistas y arquitectos
Por Patricia Juncosa
Sert fomentará la integración de arte y arquitectura a lo largo de toda su vida, manteniendo estrechos y fructíferos lazos con pintores, escultores e intelectuales, tanto en el ámbito personal como profesional. El interés de Sert por las artes plásticas tiene origen en su propia familia, especialmente en la figura de su tío el pintor Josep Maria Sert; una relación que enriquecerá su sensibilidad, alerta y cultivada, a la vez que condicionará su actitud frente a la arquitectura, en la que decide finalmente volcarse.
“Estoy tan interesado en la pintura y la escultura como en la arquitectura. La arquitectura es la labor a la que he dedicado mi vida, pero para mí las artes visuales pertenecen a la misma familia”.
El pintor que nunca llegaría a ser se manifiesta especialmente en los proyectos en los que él es su propio cliente —sus viviendas en Long Island y Cambridge— y en los espacios para las artes diseñados en colaboración con personalidades como Joan Miró, alcanzando su punto álgido con la realización de la Fondation Maeght. Ahí será donde se revele abiertamente la ine-vitable vinculación del arquitecto con el mundo artístico.
Sert se sintió desde siempre muy próximo al mundo del arte, no sólo a través de la amistad con personajes como Alexander Calder o Joan Miró sino también en su destacado papel como elemento activo en algunas importantes iniciativas de la década de 1930. Las primeras experiencias en París y Barcelona inauguran un contacto con el ambiente artístico que le acompañaría durante el resto de su vida, determinando la dirección que iba a tomar buena parte de su obra. En los inicios de su trayectoria profesional, transcurridos entre estos dos ámbitos, se irá gestando aquella inquietud compartida con el resto de intelectuales de vanguardia en favor de una síntesis real entre el nuevo arte y la arquitectura moderna. En las reuniones del Café de Flore de París este grupo de inconformistas, entre los que se encontraban Fernand Léger o Pablo Picasso, empezará a soñar con la posibilidad de llevar a cabo la ansiada integración, desencadenando una serie de reflexiones que llevarán consigo hasta el exilio americano y que resultarán imprescindibles para explicar la evolución del pensamiento sertiano y el desarrollo de los proyectos que finalmente materializan este deseo común.
La iniciativa de los pintores, escultores y críticos de arte que forman el grupo ADLAN —en el que Josep Lluís Sert tendrá un papel destacado, hermanándolo con el GATCPAC— permitirá desarrollar todo tipo de manifestaciones artísticas y promover la discusión en el ámbito de la nueva sensibilidad de vanguardia. El primero de los espacios para las artes proyectados por Sert será el pabellón desmontable para la Exposición de Primavera de 1932, publicado en octubre del año siguiente en la revista Art. Publicació de la Junta Municipal d’Exposicions d’Art de Barcelona. El número extraordinario de Navidad de la revista D’Ací i d’Allà (1934) o el stand del GATCPAC para el Primer Saló de Decoradors (1936) ofrecen por primera vez a Sert la posibilidad de colaborar con uno de aquellos artistas y amigos, Joan Miró, anticipando el reencuentro del Pabellón de la República Española en la Exposición Internacional de París de 1937 como primera realización efectiva de un camino común. [...]
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL
(Anatxu Zabalbeascoa, Del tirador a la ciudad, El País, 29/04/2011)
Acceder(Arquitectura Viva N.135)
Descargar(Arquitectura COAM, 06/2011)
Descargar(Roberto Bottura, Vitruvius, 07/2011)
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