Blocs de notas, álbumes de fotos, libros que guardan objetos en su interior, cajitas útiles y bonitas… La artista y encuadernadora Monica Langwe nos enseña a hacer todo tipo de objetos de papel, desde un folleto en su mínima expresión hasta estuches de costura de inspiración china.
25 PROYECTOS DE LIBROS, CAJAS Y OTROS OBJETOS DE PAPEL Cada proyecto consta de una descripción detallada sobre sus particularidades y usos, ilustraciones esquemáticas del paso a paso, fotografías del objeto acabado y todo tipo de consejos, trucos e ideas.
TÉCNICAS Y MATERIALES Aprenderás el origen y los tipos de papel, cómo identificar y jugar con la dirección de la fibra o cómo usar el punzón perforador y el resto de las herramientas del oficio de encuadernador.
GLOSARIO Al final del libro encontrarás un glosario básico con términos en español e inglés sobre el arte del papel e ilustraciones sobre la anatomía del libro.
CREATIVIDAD Tanto si usas bonitos papeles hechos a mano como si te decides por reciclar antiguas postales, este libro será el punto de partida imprescindible para que explores al máximo tu potencial creativo. Para estos proyectos no necesitas herramientas caras ni utensilios especiales. Con una regla, un cúter, aguja e hilo… ¡puedes llegar muy lejos!
Índice
Introducción
Materiales
Papel
Técnicas básicas
Herramientas
Inspiración
Proyectos
Folleto simple
Folleto doble
Cajita
Cierre cosido
Carpetita de chismes
Tapa blanda con puntada larga
Tapa blanda de cuero
Cierre con cinta de cuero
Cosido a la francesa
Cosidos
Álbum con ventanas
Fundas protegelibros
Cómo doblar una estructura en acordeón
Álbum en acordeón
Tela de encuadernación
Libro acordeón con bolsillos
Estuche con bolsillos
Libro con sobres
Bolsitas para semillas
Plegado y pintado
Estuche de costura chino
Estrella japonesa
Caja con compartimentos forrada
Cajitas de papel doblado
Cajita con asas
Glosario
Introducción
Me encanta crear cosas y me encantan las cosas de papel.
En el mundo de la creación artesanal se valoran, por supuesto, los materiales de alta calidad y las piezas que duran muchos años, a veces, generaciones. Mi madre y mi abuela valoraban todo eso y siempre tenían entre manos alguna “manualidad”, como ellas lo llamaban. Las labores manuales eran un quehacer continuo, ya fuese dentro de casa o fuera de ella, en solitario o en grupo, y siempre con materiales de gran calidad.
El problema es que una vez dejaban terminado aquel mantel enorme hecho con esa tela tan delicada y que tanto tiempo les había llevado, empezaban con el siguiente, luego con el siguiente, y finalmente con otro más. Y ni una sola vez las oí decir: “Por fin he terminado ese mantel, que es de tan buena calidad que me va a durar toda la vida –o más–, así que ahora me voy a tomar un descanso”. Al contrario, se trataba más bien de tener al menos dos proyectos entre manos a la vez, no fuera a ser que se encontrasen de repente sin nada que hacer. Se hacía ganchillo, se tricotaba, se bordaba y se tejía. Era como tener pequeñas factorías en casa. El amor por la propia labor era enorme, mayor incluso que el amor por su resultado.
Y eso es algo que yo también aprecio más cada día: el amor al trabajo manual en sí. Hoy tenemos menos ocasiones de producir algo con nuestras propias manos: todo está prefabricado y podemos comprar prácticamente cualquier cosa. En mis cursos, hacemos libros de prueba que nos sirven para recopilar y guardar información sobre los distintos procesos. Lo más importante no es terminar los modelos, sino primar la documentación de las diferentes técnicas, recetas y métodos. De esta forma aprendemos más.
Y por eso me encanta el papel. Valoro los materiales cambiantes y fácilmente accesibles. Se pueden hacer muchas cosas y de muchas maneras, y no tiene por qué resultar caro. Se puede transformar, arrugar y tirar, se puede reciclar y aprovechar. Sin ir más lejos, este año hemos construido una habitación en el desván de mi casa y, como aislante, hemos usado papel reciclado. Las creaciones de papel rara vez pasarán de generación en generación; al contrario, lo más seguro es que se deterioren si las usamos con frecuencia. Pero con la mano en el corazón: ¿realmente queremos que las cosas sean para toda la vida? ¿No tiene su encanto también eso de ir cambiando e ir haciendo cosas nuevas?
Monica Langwe
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL