Diseño fotográfico, de Jeremy Webb
(Christian Olivares, Fotografia.com, 25/10/2011)
AccederDiseño fotográfico es una introducción a la metodología del diseño creativo de imágenes fotográficas. En una época saturada por la fotografía, este libro muestra cómo el conocimiento de los principios del diseño puede añadir valor y un mayor nivel de profundidad a las imágenes. Tener en cuenta el diseño no significa trabajar con mayor lentitud ni supone un obstáculo, al contrario, el conocimiento de los principios del diseño desempeña un papel vital en la creación de imágenes perdurables y de calidad.
La amplia gama de principios relacionados con el diseño y su aplicación fotográfica —entre los que se incluyen el uso del espacio, la línea, la forma, el color, la textura y la luz— hace de este libro una guía completa. El primer capítulo repasa la teoría del diseño fotográfico y analiza temas relacionados con el procedimiento (encuadre, ángulo, punto de vista); el segundo enumera los principales elementos del diseño que intervienen en la toma fotográfica (forma, luz, color…); el tercer capítulo muestra cómo los elementos del diseño se procesan, combinan y manipulan para crear imágenes atractivas y potentes; el cuarto capítulo trata la profundidad y la escala; el quinto el movimiento y el flujo, el sexto el énfasis y la emoción; y el último explica cómo llevar a la práctica todos estos conocimientos teóricos para conseguir una buena estructuración del trabajo fotográfico mediante el diseño.
Extracto de la introducción
Estudiar principios de diseño en fotografía tal vez parezca una idea desalentadora, como si se tratara del aburrido aprendizaje de las escalas cuando se empieza a tocar un instrumento. Lejos de ello, este libro confía en conseguir borrar toda asociación negativa de este tipo y demostrar que la fotografía, respaldada por la fuerza de los principios de diseño, tiene el poder de perdurar y de producir un fuerte impacto. El diseño desempeña un papel vital en hacer que las imágenes no sean solo sprinters, sino también corredores de larga distancia.
La reticencia ante los principios de diseño es, en parte, fruto de la actitud y la forma de considerar el diseño en el sentido más amplio del término. El público se ha inmunizado ante el efecto irresistible del diseño en la vida cotidiana. Desde el momento en el que una persona se despierta y arroja el despertador al suelo hasta que cierra los ojos y apaga su radio digital, el día ha estado lleno de elementos bien diseñados: muebles, coches, revistas, envases, planificación urbana, etc. La mayoría funciona, aunque sean muchos los que no lo consigan. Sin embargo, el diseño siempre promete algo, por lo general, la idea de que su función es aumentar la calidad de vida de las personas.
Cabría argumentar que los principios de diseño hacen que la fotografía sea un poco mejor. Sin embargo, decir esto sería subestimar la utilidad que pueden tener para los fotógrafos y para los amantes de la fotografía. Más que un conjunto estricto de normas o de incontestables líneas maestras, los principios de diseño aplicados a la fotografía pueden considerarse una especie de sistema nervioso, fluido, flexible e invisible, que da vida a las imágenes. Aunque solo algunos grandes fotógrafos poseen una sabiduría y una comprensión naturales para trabajar con los principios de diseño, se trata de una habilidad que, afortunadamente, puede aprenderse y desarrollarse si se desea crear imágenes perdurables y memorables.
El ascenso continuo de la cultura digital ha reactivado el interés por el mundo de la fotografía como una forma de arte de masas. Se dispone además de nuevos canales de distribución para enviar billones de fotografías que, de esta forma, recorren el globo a una velocidad desconcertante. Pero no solo la nueva era tecnológica facilita este volumen y velocidad de distribución de imágenes, sino que nuestra disposición mental y nuestras ansias de velocidad también ayudan a engrasar la maquinaria. El mundo está repleto de fotografías como nunca antes lo había estado.
Este deseo de fotografía, insaciable pese al alud arrollador de mediocridad y banalidad, sigue hambriento de imágenes con enjundia, realizadas con destreza, significativas y con una intencionalidad fuerte. ¿Qué hace que la fotografía resista el paso del tiempo? El fotógrafo que recurre a su sentido de diseño y trabaja con estilo y visión pone en circulación imágenes que constituyen mundos aparte de aquellos generados solo pensando en la rapidez y en el provecho.
Comprender el diseño no supone trabajar con mayor lentitud ni provoca tropiezos ni comporta un obstáculo. Es un recurso que, en cualquier momento, está al alcance de todos. Si el fotógrafo no comunica y capta todo el potencial del medio, entonces la fotografía solo muestra, funciona a medio gas, en lugar de ser vitalista, intensa e imposible de ser ignorada. [...]
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL
(Christian Olivares, Fotografia.com, 25/10/2011)
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