Vidas Construidas / Anatxu Zabalbeascoa, Javier Rodríguez Marcos
(Begoña Uribe, Plataforma Arquitectura, 20/04/2015)
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El más célebre artista del Renacimiento, Miguel Ángel, renació enamorado de un joven cuando tenía cincuenta años. Bernini se quemó la pierna delante de sus ayudantes para que éstos conocieran el rostro del sufrimiento y pudiesen después cincelar a san Lorenzo. Un criado degolló a la segunda mujer de Frank Lloyd Wright y prendió fuego a la casa que el arquitecto había construido para ella; a partir de ese incendio Wright resurgiría hasta tres veces de las cenizas. En la Viena finisecular, el joven Adolf Loos se convirtió en mecenas de Arnold Schönberg y en el primer coleccionista de los extraños retratos que pintaba Oscar Kokoschka. El escocés Charles Rennie Mackintosh se lo debía todo al té y casi todo lo perdió con el whisky. El mayor proyecto de Antonio Sant’Elia fue un cementerio del que él sería el primer ocupante. Antoni Gaudí dirigió personalmente, desde el Passeig de Gràcia barcelonés, la colocación de todas y cada una de las piezas que formarían la fachada de La Pedrera. Durante la I Guerra Mundial, Walter Gropius permaneció tres días sepultado entre los escombros de una casa en ruinas y durante la segunda contienda Alvar Aalto trabajó para el servicio de espionaje de su joven país. El finlandés vivió lo suficiente como para alcanzar la gloria en vida y demasiado como para mantenerla.
La biografía de los más célebres arquitectos recorre las páginas de Vidas construidas, un álbum de vivencias, una galería de personajes, veinte retratos que narran historias edificadas por clientes osados y artistas aventureros. Del Renacimiento al movimiento moderno, multitud de mecenas, ciudades, materiales, técnicas e invenciones hilvanan unos relatos que quieren mostrar la trastienda humana de la historia de la arquitectura.
Texto del prólogo
El mismo libro, otro contexto
Prólogo a la segunda edición
El arquitecto Óscar Tusquets, quien tuvo a bien presentar este libro en Barcelona cuando se publicó la primera edición en 1998, se inventó poco después el premio Década, un galardón destinado a distinguir trabajos terminados diez años antes. Frente a la tendencia a ensalzar espacios concebidos para lucir el día de la inauguración —o de la sesión de fotos— y partiendo de que una obra arquitectónica solo se puede valorar visitándola al cabo de un tiempo de ser construida, aquellos premios buscaban valorar “el envejecimiento, la vigencia y la actualidad” de los proyectos elegidos.
La audacia de los premios Década duró... una década, pero propuso una forma de juzgar que bien podría aplicarse a todas las obras públicas. Incluidos los libros. Más aún, incluidos los libros como este, que, 17 años después de su aparición y después de cinco reimpresiones, vuelve a la calle levemente revisado y con nueva cubierta, es decir, con los mismos vecinos pero con distinta fachada. También el barrio ha cambiado un poco. Cuando se publicó Vidas construidas las biografías escritas en castellano eran aves exóticas en un medio ambiente en el que las grandezas y miserias de los clásicos de la cultura se despachaban como anécdotas de dudosa influencia en lo que de verdad importa. La sombra del estructuralismo era alargada y, pese a sus evidentes beneficios, había llevado al extremo la idea de que la obra se explica por sí misma. (Ya saben: no hablamos una lengua, es la lengua la que nos habla.) Curiosamente, los partidarios de que un edificio o un libro se defiendan solos —algo que nadie duda— suelen ser los mismos que olvidan que esa defensa no se produce en una campana de vacío ajena al dinero o a la ideología. “Antes loco que fascista” fue la consigna que durante años funcionó para Giuseppe Terragni, el arquitecto que cierra este libro.
“¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas? / En los libros aparecen los nombres de los reyes. / ¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra? / Y Babilonia, destruida tantas veces, / ¿quién la volvió siempre a construir? ¿En qué casas / de la dorada Lima vivían los constructores? / ¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue terminada la Muralla China? La gran Roma / está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?” Afrontar impertinencias como las que plantea Bertolt Brecht en sus célebres “Preguntas de un obrero que lee” fue uno de los motores de este libro, cuyo envejecimiento, vigencia y actualidad juzgarán otros. Sus autores se dan por satisfechos con esta nueva vida y con el puñado de felices casualidades provocadas por estas veinte breves biografías que a veces han tenido, valga la redundancia, vida propia. Así, en una novela de 2002 nos topamos con este párrafo: “No parasteis de hablar durante la noche de los arquitectos que admirabais […]. Adolf Loos, que a todos los sitios adonde iba llevaba una loncha de jamón y un vaso de leche, pues sufría del estómago, y que todo su empeño, cuando estaba a punto de morir, fue tratar de convencer a su enfermera de que aceptara un nuevo diseño de uniforme; Le Corbusier, que terminó viviendo en un bosque, y cuyos últimos amigos fueron un agricultor, un ebanista y los carpinteros que le habían ayudado a construir su cabaña; Wright, que acumuló cuatro biografías distintas a los largo de sus noventa años de vida”. La novela se llama La soñadora y su autor, Gustavo Martín Garzo, señala en una nota final que las muchas “noticias sobre arquitectura” que contiene proceden de la primera versión del libro que el lector tiene ahora en las manos. A los arquitectos modernos que desfilaron por aquella conversación, el libro suma constructores autodidactas —de Filippo Brunelleschi a Miguel Ángel, Andrea Palladio o Christopher Wren— que resultaron precursores a la hora de cuestionar la lejanía de la realidad en la formación académica y a la hora de leer transversalmente la arquitectura para explicarla desde su relación con las matemáticas, el arte, el comercio, la moda o la ciencia.
Así, al milagro de que este libro siga vivo 17 años después y a la paradoja de que sus personajes reales se integraran naturalmente en una ficción —a muchos de ellos les encantaría saberlo— se une una cada vez más asentada redefinición del “contexto” en la arquitectura. La atención creciente a la circunstancia —no solo urbana sino también económica, cultural, social y personal—, que decide buena parte de la biografía de los grandes edificios, ha aumentado la oportunidad de lo que cuenta este libro. Hoy son pocos los proyectistas que describen el contexto únicamente como el lugar en el que se levanta un inmueble. El contexto ha dejado de ser un lugar para convertirse en una circunstancia. Y es toda esa suma de razones, personas, descubrimientos, dudas, corazonadas, inventos y casualidades, la que recoge este libro dispuesto a observar la arquitectura desde otro punto de vista: el que describe las peripecias vitales de sus protagonistas.
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL
(Begoña Uribe, Plataforma Arquitectura, 20/04/2015)
Acceder«La biografía de los más célebres arquitectos recorre las páginas de Vidas construidas, un álbum de vivencias, una galería de personajes, veinte retratos que narran historias edificadas por clientes osados y artistas aventureros.» (Begoña Uribe, Plataforma Arquitectura, 20/04/2015)
(José Luis Garcia, Revista Sección, 06/04/2015)
Acceder«El contenido de este libro es sin duda muy interesante, ya que nos permitirá de una manera rápida y amena hacer un repaso de las biografías de las figuras más importantes de la arquitectura a lo largo de toda la historia.» (José Luis Garcia, Revista Sección, 06/04/2015)
(Borja Martínez, Revista LEER n. 263, 06/2015)
Descargar(Isabel Aparici, Arquilecturas, 14/09/2015)
Acceder«Quienes conozcan sobradamente las obras de Le Corbusier, de Gropius o Gaudí, encontrarán una llamada de atención para volver no sobre la materia inerte, sino sobre la sangre y las pasiones por las cuales se levantaron. ¿Quién se atrevería, como Bernini, a quemarse una pierna para mostrar el sufrimiento y servir de modelo al rostro de San Lorenzo?.» (Isabel Aparici, Arquilecturas, 14/09/2015)
(Pola Mora, Plataforma Arquitectura, 27/03/2016)
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