Desde los antiguos guerreros de terracota hasta la taza de café del desayuno, desde la logística del intercambio mercantil hasta las más excelsas expresiones artísticas, la cerámica es quizás una de las invenciones que mejor sintetizan la historia de la humanidad. Sumérgete a través de estas páginas en el increíble universo de la cerámica para conocerlo casi todo sobre su patrimonio técnico, artesanal y artístico.
> Materiales y técnicas paso a paso: desde el torneado de un recipiente hasta las mágicas transformaciones que se producen en el horno, te revelamos con fotografías e ilustraciones paso a paso detalles fascinantes sobre los materiales, los procedimientos y las técnicas más habituales.
> Historia: la historia de la cerámica es la historia de la evolución de la humanidad, conoce sus grandes hitos del paleolítico hasta la actualidad.
> Personajes: descubrimos la creatividad y habilidad de los alfareros, y los apasionantes relatos sobre dinastías, industriales, pioneros, magnates y grandes artistas. En definitiva, toda la pasión y el drama involucrados en convertir los terrones de barro en bellos objetos.
ÍNDICE
Introducción
Breve historia de la cerámica
Tierra y agua
Fuego y aire
Color, textura y motivos
Decoración y diseño
El arte en cerámica
Glosario
Visitas recomendadas
Índice
Introducción
En un mundo cada vez más virtual y estandarizado, trabajar con barro es una actividad inmensamente satisfactoria. Dar forma a la materia prima nos conecta con la inteligencia sutil de nuestras manos y nos hace ser más conscientes de lo importante que resulta el sentido del tacto. Aprender a hacer churros, placas y piezas torneadas es recrear técnicas que se emplean desde hace milenios. Decorar con engobes, esmaltes y efectos de textura responde a una necesidad, tan antigua como la humanidad, de dejar nuestra huella en el entorno. Se trata de una experiencia profundamente terrenal, pues lo que hacemos es explorar un material que procede de la tierra sobre la que vivimos.
Una de las características que definen la arcilla es su maleabilidad —su capacidad de ser manipulada en una infinita variedad de formas, limitadas únicamente por la imaginación—, pero esto no es más que el principio. Cuando la arcilla es sometida a un calor intenso, se transforma en un material permanente e inalterable que puede durar años. Con la aplicación de esmaltes y otros elementos decorativos, sus posibilidades creativas y expresivas aumentan aún más.
Como ocurre con muchas otras artesanías, la popularidad de la cerámica está resurgiendo actualmente. Talleres y clases nocturnas se llenan de aficionados entusiastas, deseosos de aprender todos los pormenores del oficio. Los ceramistas recuperan técnicas antiguas, experimentan con las nuevas y producen piezas únicas y personales para las que existe un mercado cada vez más receptivo. En respuesta a este renovado interés por construir con las manos, este libro ofrece a los lectores un viaje inspirador.
No obstante, y sin detrimento de sus importantes cualidades como actividad relajante, trabajar con cerámica también presenta retos y frustraciones. Mucho antes del vértigo que produce abrir el horno, antes de poder ver si la cocción ha obrado su alquimia mágica o solo nos ha traído catástrofes y decepciones, hay muchos obstáculos que superar y habilidades que perfeccionar. Todo el proceso requiere una amplia gama de habilidades, por eso siempre hay margen para mejorar y cosas nuevas por descubrir. Por cada nuevo alfarero que se sorprende positivamente al comprobar que tiene una gracia natural para tornear, hay muchos otros que deben luchar larga y arduamente para dominar el torno. La cerámica requiere destreza y fuerza física, delicadeza y control, buen ojo para las proporciones e imaginación. Todos estos requisitos, de hecho, forman parte de su atractivo.
Incluso para los alfareros más expertos, la cerámica es impredecible por naturaleza; en ella intervienen muchas variables, algunas de las cuales pueden preverse y hasta cierto punto controlarse, y otras no. Quienes se sienten atraídos por técnicas arriesgadas —como, por ejemplo, el raku y la cocción en hoyo— tienen que asumir la impredecibilidad y aceptar que los fallos y las roturas son la contrapartida de otros accidentes felices y gloriosos y de ciertos resultados conmovedoramente hermosos.
“No tengáis en casa nada que no sepáis que es útil o que no creáis que es bello”, escribió William Morris en 1880. Esta es otra de las razones por las que la cerámica es tan atractiva, pues no hay nada más práctico que los objetos cotidianos que acompañan desde hace siglos la vida doméstica; las ollas y vasijas de loza, los platos, los cuencos y las jarras de porcelana son artículos comunes cuya contemplación, al mismo tiempo, es fuente de puro deleite, desde el exquisito refinamiento de un jarrón antiguo de porcelana hasta la alegre apariencia de una tetera art déco. Belleza y utilidad van de la mano en la cerámica. Una tetera que escancia correctamente y un asa de fácil y agradable agarre son muestras de buen diseño, tan importantes como un brillo lustroso o un motivo decorativo encantador.
Hoy en día se aprecia cada vez más la cerámica como un arte por derecho propio. Grayson Perry (1960; véase pág. 216), Antony Gormley (1950; véanse págs. 212 y 214) y Edmund de Waal (1964; véase pág. 198) son solo tres de los numerosos creadores que han elegido la disciplina como medio de creación artística.
Íntimamente vinculada a la esfera doméstica y al placer de la actividad manual, la cerámica hunde firmemente sus raíces en una tradición que se prolonga hasta la prehistoria. Cuando enrollamos un churro de arcilla para elaborar un recipiente, estamos practicando una forma de arte que viene de la noche de los tiempos. Hay restos arqueológicos que demuestran que casi todas las civilizaciones conocieron la cerámica; solo de la antigua Grecia se han recogido más de 100.000 vasijas. Loza, gres y porcelana son los materiales más comunes encontrados en las excavaciones de todo el mundo. En ocasiones, de hecho, el único indicio de la existencia de una civilización son los fragmentos de cerámica que ha dejado.
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Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL