¿Qué colores utilizar para transmitir en acuarela el frescor y la calidez de un paisaje tropical? ¿Y la exuberancia y la frondosidad de una selva? ¿Cómo replicar la paz y la serenidad del arte impresionista? La popular acuarelista Ana Victoria Calderón te cuenta en este libro todos los secretos para elegir y mezclar acuarelas creando combinaciones y efectos cromáticos atractivos y llenos de emoción.
· Conceptos básicos: aprende los conceptos básicos de la teoría del color, desde el círculo cromático hasta cómo crear armonías o jugar con la temperatura.
· 56 paletas de color: un extenso y valioso muestrario basado en fotos evocadoras y bellas obras de arte te servirá de fuente de inspiración y te enseñará a trasladar a una paleta de color la realidad que te rodea.
· Exploración cromática: experimenta con una amplia gama de combinaciones jugando con los brillos, los contrastes y todo tipo de efectos adaptados a la técnica de la acuarela.
Índice
PREFACIO
TEORÍA DEL COLOR EN LA PRÁCTICA
El círculo cromático
Armonías cromáticas
Color y temperatura
Variaciones cálidas y frías
Acuarelas para crear muestras
PALETAS INSPIRADORAS. Cómo plasmar emociones y jugar con texturas por medio de hermosas combinaciones de muestras de acuarela que reflejan multitud de variaciones visuales
Movimientos artísticos de renombre
Cielos expresivos
Culturas coloridas
Maravillas animales
Ciudades, pueblos y viajes
Épocas históricas destacadas
Paisajes memorables
Motivos florales y bodegones
Riquezas minerales
Tonalidades humanas
PLANTILLA
RECURSOS
AGRADECIMIENTOS
SOBRE LA AUTORA
índice alfabético
Prefacio
En 2016, mi hermana Maggie y yo estuvimos unos días de visita en Sedona (Arizona) después de asistir a una conferencia celebrada cerca de allí. Decidimos ir a ver ese lugar místico porque habíamos oído toda suerte de historias curiosas sobre tiendas de cristales y vórtices de energía.
Todo aquello era cierto, pero yo no estaba, ni mucho menos, preparada para los imponentes paisajes de formaciones rocosas de arenisca rojiza que refulgían contra el cielo anaranjado del atardecer. Eran de ese tipo de panoramas que has visto en fotos, pero contemplados en persona se magnifican cien veces. Todo aquello me resultó todavía más impactante porque, pese a haber nacido cerca de las Montañas Rocosas, me he pasado casi toda la vida en el trópico. Por eso, mi paleta cotidiana de colores siempre se había inspirado intensamente en el turquesa brillante del mar Caribe y en la flora y la vegetación de la exuberante selva de Cancún. Verme sumida en aquel espectro cromático rojizo, cálido y terroso me resultó revigorizante e hizo que se me encendiera una bombilla en la mente.
Cuando estuvimos en Sedona, hice fotos con el móvil de sitios especiales por los que habíamos pasado haciendo senderismo, de agrupaciones de cactus, de piedras, de mis pies descalzos en la cima de un monte y de los cielos incandescentes. Me dediqué a editar las fotos antes de marcharme de cada sitio para garantizar que había captado la intensidad y los tonos de lo que tenía ante los ojos.
Cuando volví de aquel viaje imprimí las fotos y empecé a crear tablas de muestras de colores y a pintar texturas o minipaisajes inspirándome en las fotos. Al poner cada fotografía al lado de su correspondiente paleta de colores y su minipintura, me embargó una sensación de absoluta satisfacción, además de darme cuenta de lo potente que resulta para el desarrollo del artista inspirarse en la naturaleza y en las nuevas vivencias.
Me propuse transmitirles ese mensaje a los alumnos que acuden a los retiros artísticos que organizo, así que decidí convertir aquello en un taller de pintura al aire libre. Se trate de la selva maya, de Sicilia o de Marruecos, suelen ser entornos que a todo el mundo le resultan nuevos, y yo sabía que aquella actividad constituía un método fantástico para que los estudiantes recopilaran ideas para crear nuevas pinturas y para que se hicieran a nuevos entornos a la vez que se familiarizaban con la paleta local de colores. Ahora empiezo todos mis retiros con esta actividad, pues me parece una buena manera de marcar la pauta para una estupenda semana de actividad artística.
En la actualidad, al recordar aquel viaje a Arizona, reconozco que supuso un punto de inflexión en mi trayectoria artística personal. Ahora me doy cuenta de que verme rodeada por aquel paisaje y aquel patrón cromático me ayudó a integrar, a partir de entonces, esa vivencia personal en mi paleta de colores y en mis temáticas artísticas.
Inicialmente, la idea de este libro se inspiró en aquella actividad creativa que empezó en Sedona, pero ¿por qué quedarse en eso? ¿Y si aprovechaba aquel ejercicio de hacer tablas de muestras como herramienta para estimular el proceso creativo y lo ampliaba a nuevas temáticas para pintar? Hasta los artistas más avezados sienten, a veces, que están atascados en una rutina creativa o que sus obras empiezan a parecerles repetitivas. Yo sé que me he sentido así muchas veces, por lo que esa sencilla herramienta creativa puede ayudarme a relajarme como artista y a facilitar que surjan ideas frescas y motivos nuevos para pintar.
En este libro hemos seleccionado una serie de motivos de los que obtener inspiración, que van desde ciudades hasta periodos históricos y movimientos artísticos, pasando por figuras humanas, arreglos florales, paisajes y cielos. Aquí demuestro que aprovechar la mezcla de colores como instrumento marca el tono del proceso creativo y usar pequeños elementos de una fotografía proporciona ideas que dan pie a crear obras de arte completas. Una formación rocosa puede impulsarte a pintar una textura que luego tal vez integres en ese paisaje de mayor formato en el que estás trabajando. O la manera de plasmar las olas del mar en una antigua pintura tailandesa puede incitarte a pintar una composición propia partiendo de ese elemento concreto. Yo siempre animo a inspirarse en elementos sueltos sin renunciar al estilo de dibujo de cada uno ni a la estética propia. La idea es crear un universo propio mezclando aquello que ves en el exuberante mundo con las imágenes que te brinda la imaginación.
Tener unos conocimientos básicos sobre el color es, ciertamente, muy útil y eso vamos a tratarlo aquí. Pero, al final, creo que de lo que se trata es de conectar con tus emociones y tu intuición. Eso es lo que le aporta espíritu al arte.
Considera este libro como una herramienta: cada vez que ves una imagen que te llama la atención significa que allí hay algo. ¡Aférrate a eso y ponte a pintar!
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL