La construcción en el proyecto del paisaje
(Circular AEP, 02/2011)
DescargarLa construcción de un buen proyecto del paisaje requiere un amplio conocimiento de los materiales —su fabricación y sus características técnicas— y de la práctica constructiva. Este libro analiza los principios básicos de la construcción en el proyecto del paisaje, y constituye una valiosa introducción dirigida a todas aquellas personas implicadas en el proyecto, la especificación y la ejecución de arquitectura del paisaje.
Haciendo especial hincapié en la sostenibilidad y en la buena práctica, el libro abarca todos los aspectos de la construcción del proyecto del paisaje: desde los principios generales de la disciplina y una detallada introducción a los materiales, hasta los elementos constructivos, el montaje de componentes y, finalmente, la protección y los acabados.
El estudio combina dibujos de detalles constructivos especialmente confeccionados para esta edición con bocetos elaborados a mano, textos informativos, tablas, ejemplos y numerosas fotografías. El volumen se completa con un detallado glosario, una bibliografía especializada y un apéndice que contiene información técnica de fácil consulta.
Extracto de la introducción
“Cada nación tiene, en resumen, su propia forma de construir, de acuerdo con los materiales de los que dispone y de las tradiciones de su país”.
Vitruvio, De architectura, libro II, capítulo primero
La tradición vernácula y la globalización
Los materiales de construcción eran, tradicionalmente, aquellos que estaban disponibles en cada lugar, de modo que la madera, por ejemplo, se utilizaba en las regiones boscosas. Cuando los bosques empezaron a escasear, se comenzó a utilizar arcilla para fabricar ladrillos, a excavar la piedra o a emplear directamente la tierra como material de construcción en forma de adobe o tapial. Esta tradición de empleo de los materiales locales pervive en muchas regiones aún hoy. En zonas montañosas, como el distrito de Los Lagos o el norte de Gales en el Reino Unido, un único material puede ser el predominante en todo el patrimonio construido. Por ejemplo, la pizarra puede emplearse en muros, pavimentos, cubiertas y, triturada, como árido para carreteras; incluso se ha llegado a utilizar para fabricar ataúdes.
Sin embargo, los edificios de prestigio tendían a construirse con materiales importados, un proceso que puede observarse en el empleo de piedra caliza en las iglesias y los principales edificios de Londres, y hasta finales del siglo XVIII en el pavimento de las calles.
Cuando se trabaja en ciudades y poblaciones es muy importante conocer la tradición vernácula y, evidentemente, resulta de vital importancia a la hora de realizar trabajos de restauración. Por ello hemos incluido algunos aspectos sobre la historia del desarrollo de los materiales. En cualquier caso, la comprensión de lo vernáculo también es clave para el desarrollo de formas sostenibles de construcción, como, por ejemplo, la actual recuperación del uso del roble verde, que ha alentado la creación de un mercado para este tipo de madera.
Industrialización
La Revolución Industrial primero y la globalización después han fomentado cierto abandono de los materiales locales. El siglo XIX fue testigo de la introducción de nuevos materiales como el hierro forjado (empleado en la torre Eiffel) y posteriormente el acero, mientras que el ferrocarril y la reducción de costes que supuso hicieron viable el transporte a larga distancia de materiales pétreos y cerámicos. De esta forma, el siglo XIX vio como Londres pavimentaba sus calles con granito traído de las islas del Canal, así como la generalización del uso del ladrillo para muros y edificios, y con el siglo XX llegó el macadán alquitranado para pavimentar las carreteras. El alquitrán era un subproducto de la fabricación del gas de carbón y empezó a escasear en la década de 1960 con la introducción del gas natural, de modo que tuvo que sustituirse por otros conglomerantes bituminosos.
Nuevos materiales: high tech y low tech
El siglo XX ha sido testigo de la generalización de aleaciones metálicas como el acero inoxidable, el aluminio y diversos tipos de polímeros, así como nuevos usos para el vidrio. En las últimas décadas se ha producido un alza en el precio de la madera y la aparición de formas más económicas de utilizar este material, como las estructuras de madera laminada o el uso de madera procedente de explotaciones forestales sostenibles como material estructural.
El refuerzo de materiales produce materiales compuestos. El PRFV es plástico reforzado con vidrio y el GRC es hormigón reforzado con fibra de vidrio, mientras que el CFFP es un polímero reforzado con fibra de carbono. En todo caso, junto a los nuevos materiales también se han desarrollado nuevas formas de fabricar los materiales tradicionales (véase el actual interés por el ecocemento).
De entre los materiales de uso general, los polímeros o los plásticos son los que se han desarrollado más recientemente, básicamente a lo largo del siglo XX. Sin embargo, hay cierta preocupación con relación a los polímeros, al coste energético de su fabricación y al desafío de su gestión o reciclaje una vez convertidos en residuos, pues no suelen ser biodegradables.
El interés renovado en los materiales y las formas tradicionales de construir
El interés por estos nuevos desarrollos se ha producido en paralelo a la recuperación de formas de construir tradicionales, y no sólo en los proyectos de restauración. El empleo de la cal, el cáñamo o el tapial se debe tanto a su carácter sostenible y a las reducidas emisiones de gases de efecto invernadero inherentes a su fabricación como a su larga tradición histórica. Los morteros de cal absorben CO2 y se autoprotegen. De forma similar, la mayor conciencia en torno a la sostenibilidad ha llevado al desarrollo de cementos fotocatalíticos autolimpiantes que pueden “fijar” contaminantes presentes en la atmósfera, unas prestaciones nuevas para un material antiguo. [...]
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(Circular AEP, 02/2011)
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