Si el primer volumen de este Atlas pintoresco constituía un intento de redefinir las prácticas de la arquitectura y del paisajismo unificando y actualizando dos tradiciones cuyos fundamentos han prescrito, este segundo volumen explica cómo ha sido trazado este proyecto en el tiempo, mostrando un panorama diacrónico que da consistencia temporal a fenómenos considerados a menudo estrictamente contemporáneos.
Índice de contenidos: Presentación Mapa 1. ¿Qué es lo pintoresco? Uvedale Price desde el siglo XXI Mapa 2. Alexander von Humboldt y el viaje a América del pintoresquismo Mapa 3. Frederick Law Olmsted y Central Park Mapa 4. La ciudad pintoresca de Olmsted y la figura del landscape architect Mapa 5. Le Corbusier y el pintoresquismo en la modernidad Mapa 6. Bruno Taut: el viaje fantástico Mapa 7. Roberto Burle Marx: el movimiento moderno con jardín Mapa 8. Robert Smithson: el entropólogo pintoresco Epílogo Créditos de las imágenes |
Texto de la presentación: 'Presentación Si el volumen 1 es un intento de redefinir las prácticas de la arquitectura y del paisajismo unificando y actualizando dos tradiciones cuya autonomía ha prescrito, el volumen 2 explica cómo ha sido trazado este proyecto en el tiempo, para lo cual muestra un panorama diacrónico, similar al sincrónico del volumen 1, que da consistencia temporal a fenómenos considerados a menudo estrictamente contemporáneos. La evolución de las técnicas, tanto proyectuales como constructivas, del pintoresco, sus continuas redescripciones de la idea de naturaleza y de espacio público, y la “conversación” que viene estableciendo desde sus inicios con la arquitectura serán el centro de interés de este estudio pragmatista que pretende facilitar a los arquitectos -y no sólo a ellos- una aproximación al paisajismo similar a la que en otro momento hicieron hacia otras disciplinas -el cálculo estructural o el clima artificial, por ejemplo-, cuya integración implicó una profunda modificación de sus prácticas y resultados. Este Atlas pintoresco parte de la hipótesis de que algo similar es lo que viene y conviene prefigurar sus consecuencias. ¿Porqué llamarlo ‘atlas’? Como pasa con el Atlas de Mercator, del siglo xvi, la finalidad es transformar una realidad invisible en visible, sustituir un paisaje confuso y caótico por una representación bidimensional capaz de transformar aquella realidad primera, incognoscible, en un objeto de estudio, de conocimiento y de intervención. Para conseguirlo, este Atlas construye una genealogía de lo pintoresco en la convicción de que se trata de una herramienta de trabajo que permite avanzar en la construcción de un nuevo territorio, aquel que el volumen 1 formula como la construcción de foros y observatorios capaces de instaurar un nuevo diálogo entre humanos y no humanos. Podríamos haber hablado de un Atlas del paisajismo, pero el término 'paisajismo' engloba demasiadas aproximaciones sin definir la angulación de las mismas. Atlas pintoresco, por el contrario, precisa una orientación estética que tuvo una influencia decisiva en la concepción de la figura del landscape architect, al igual que en arquitectos de la modernidad como Le Corbusier, paisajistas como Roberto Burle Marx o artistas como Robert Smithson, entre otros, y afectó a nuestra concepción de los espacios naturales, de la ciudad, del espacio público y del monumento. Así pues, si el primer volumen era un levantamiento de 'lo que hay', un atlas geográfico, este segundo es genealógico o histórico, da cuenta de los procesos que han configurado el presente, y organizándose en torno a una suma de viajes que componen uno único en el tiempo, un viaje que proporciona una buena perspectiva desde la que pensar el futuro. Esta perspectiva no surge ni de la arquitectura ni del paisaje. Surge precisamente de negar ese dualismo. Lo pintoresco es lo contrario del paisaje o la arquitectura: es su superación. Por ahí empezaremos.' Copyright del texto: sus autores Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL |