El macramé es una técnica ancestral que se basa en la simple anudación de cuerdas. Sin embargo, sus posibilidades son tan variadas y los resultados tan asombrosos, que pocos se resisten a adentrarse en su magnética práctica.
Mediante el uso de fibras naturales y con nuestras manos como única herramienta, la artesana y diseñadora Ikram Maymouni nos introduce en la técnica del macramé a través de bellos proyectos que nos conectan con la esencia misma de este arte.
- Un repaso de los nudos básicos y los nudos alternados más comunes, con instrucciones e ilustraciones paso a paso.
- 15 preciosos proyectos con distintos grados de dificultad: desde tapices y maceteros hasta bolsos, cortinas y lámparas.
- Todos los proyectos incluyen diagramas con los que identificar claramente los nudos y los patrones de cada sección de la pieza.
Seas principiante o avanzado, en este maravilloso e inspirador libro encontrarás todo lo que necesitas para crear piezas únicas para ti y para tu hogar.
ABHA MACRAMÉ 8
Sobre mí 10
El macramé 11
MATERIALES Y HERRAMIENTAS 12
Las cuerdas 14
Tipos de cuerda 15
Materiales 16
¿Qué cuerda debemos utilizar en cada caso? 17
Cómo calcular la cuerda que necesitamos 17
Soporte 18
Tijeras 19
Cómo trabajar con este libro 19
NUDOS 20
Nudos básicos 23
Nudo de montaje 24
Nudo plano 26
Nudo mariposa o nudo plano con vaguitas 28
Bodoque de nudos planos 30
Nudo en espiral o columna 32
Baqueta diagonal 34
Baqueta horizontal 36
Nudo Josefina 38
Nudo de ligadura 40
Nudos alternados 43
Punto de zurrón 44
Scooby doo cuadrado 46
Scooby doo diagonal 48
Hitch knot geométrico 50
Nudo plano en triángulo 52
Nudo plano invertido 55
Rombo con nudo plano en el centro 56
PROYECTOS 58
Leyenda 60
Tapiz Muaya 62
Tapiz Kintamani 72
Macetero Linho 76
Macetero Terracotta 82
Tapiz Sahara 88
Tapiz Yüte 96
Tapiz Batik 104
Tapiz Berawa 108
BolsoTaima 112
Lámpara Hula 118
Kokoda 122
Bolso Papua 128
Cortina Idhar 134
Cortina Surya 142
Camino de mesa Talca 150
SOBRE MÍ
El interés por el macramé se despertó en mí como algo que, pacientemente, esperaba su momento. De pequeña aprendí algunos nudos básicos. Empecé haciendo pulseritas con unos hilos de plástico de colores que, en aquel momento, podías encontrar incluso en los estancos. Así dábamos cuerda a la moda, y elegíamos este o aquel color para nuestra siguiente pulsera scooby doo, ingeniándonoslas para atar los hilos a algún invento, y hacer cuantos más nudos mejor, antes de que sonara el timbre del recreo (si tenías suerte, una amiga te sujetaba el invento).
Hace años, circunstancias de la vida me ofrecieron cierta disponibilidad horaria, así que volví a adentrarme en la técnica, pero esa vez de un modo distinto. Un amigo estaba a punto de mudarse, y que me invitara a conocer su nuevo hogar me cogió de improviso. No quería presentarme con las manos vacías, así que pensé que podía hacerle un tapiz de macramé. Me gustó tanto el momento y volver a la práctica que empecé a plantearme qué cuerda, hilo, palo y fibra escogería para mi siguiente creación.
A partir de entonces, comencé a indagar un poco más en la técnica sin partir de un proyecto previo, para ver qué era capaz de crear con lo que aprendía. Ensayo y error.
Tiempo después, en la tienda de artesanía local en la que trabajaba, me propusieron exponer algunas de mis piezas de macramé. Para mi sorpresa, se vendieron bastante bien, y eso me motivó a seguir avanzando. Acababa de regresar a Barcelona y me había instalado en el barrio del Poblenou, en un espacio que me permitía tener un estudio en casa y espacio suficiente para, más adelante, atreverme a lanzar mis primeros talleres. Poco a poco, con la ayuda de una plataforma que ofrecía experiencias y en la que se ofertaban mis talleres, atraje a mi estudio a personas de todo el mundo,
e impartí más de cincuenta cursos.
Hoy me atrevo a decir que esos talleres han sido también mi formación, ya que me han permitido profundizar en la técnica y perfeccionarla, además de ampliar mis conocimientos.
EL MACRAMÉ
Muchos coinciden en datar el origen del macramé en el siglo xiii, cuando los tejedores árabes decidieron dar un toque diferente al acabado de sus tejidos y alfombras. Con este fin, añadieron a sus piezas unos flecos anudados que darían el nombre a la técnica: la palabra macramé significa ‘flecos’ en árabe. Un par de siglos más tarde esta técnica emigró a Europa, donde se convirtió en una forma popular de pasar el rato para los marineros, aprovechando que muchos nudos se complementaban con sus habilidades para reparar las redes.
El macramé fue popular bastante tiempo, pero después cayó en el olvido durante décadas. No fue hasta los años sesenta y setenta que volvió a despertarse el interés por esta técnica, que obtuvo una renovada popularidad que ha llegado hasta nuestros días. En la actualidad, este arte ancestral nos permite detenernos y regresar al trabajo manual, lento y dedicado, que nada tiene que ver con nuestros tiempos. Para algunos, es incluso una forma de meditar.
Aunque de entrada puedan parecernos complicados, los nudos del macramé son pocos, y sus combinaciones nos permiten obtener un sinfín de resultados. Las creaciones que podemos hacer si dominamos los nudos básicos son impresionantes. Una vez los conozcamos, muchas veces nos costará más pensar qué pieza hacer con ellos que aprender la técnica. También el tipo o el grosor de la cuerda que utilicemos hará que las piezas luzcan completamente distintas, aunque se basen en un mismo patrón o combinación de nudos.
Como veremos, las posibilidades creativas que nos ofrece el macramé son inagotables, y lo serán aún más si van de la mano de nuestra imaginación.
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