Al despertar, lo primero que percibimos es el tacto de nuestras sábanas, la luz con la que nos envuelve la lámpara que encendemos, la forma y color de la vajilla del desayuno... Desde ese momento y hasta terminar el día, cuando cerramos de nuevo los ojos sobre el textil de la almohada, nuestro cuerpo se habrá topado y desenvuelto con una infinidad de objetos diversos. Se trata de cosas modestas, comunes y ordinarias, que usamos constantemente sin prestarles apenas atención. Pero los objetos son también unos compañeros constantes en nuestra vida y, como tales, afirma Soetsu Yanagi, deben hacerse con cuidado y fabricarse para que duren. Deben ser tratados con respeto e incluso afecto. Y deben aunar perfectamente belleza y utilidad.
Soetsu Yanagi es un pensador imprescindible hasta ahora inédito en castellano, y una de las voces clave del siglo XX en llamar la atención sobre el valor de los objetos cotidianos y la artesanía anónima. Este libro, que recopila los ensayos breves del crítico japonés, nos enseñará a mirar con nuevos ojos a nuestro alrededor y a admirar el increíble valor material e intangible de las creaciones anónimas, siempre bellas y honestas, que forman parte de nuestra vida cotidiana.
Índice
Sobre la publicación de este libro
Soetsu Yanagi
I ¿Qué es la artesanía popular?
II La belleza de los objetos misceláneos
III Un karatsu pintado como objeto de reflexión
IV ¿Qué es un patrón?
V El bashofu de Okinawa
VI La belleza del kasuri
VII Las características del kogin
VIII La perspectiva japonesa
IX La historia del descubrimiento de Mokujiki
X Xilografía
XI Otsu-e
XII Sesshu y la artesanía
XIII Washi
XIV Ver y conocer
XV Carta a mis amigos coreanos
XVI El Museo de Artesanías Populares de Japón
Sobre la publicación de este libro
Es motivo de celebración y alegría que se hayan seleccionado 16 ensayos de las obras de Yanagi Mingei yonju-nen (“Cuarenta años de artesanías populares”) y Yanagi Soetsu korekushon 2: mono (“Colección Soetsu Yanagi 2: Objetos”) para su traducción y publicación en un solo volumen.
Yanagi fue el fundador y principal teórico del movimiento de las artesanías populares de Japón y quien acuño el término japonés mingei para describirlas. Dedicó toda su vida a la búsqueda de la belleza que solo puede encontrarse en los objetos cotidianos. Las reflexiones de Yanagi sobre la belleza del objeto artesanal, de la que dan sobrada prueba las piezas que integran su amplia colección, sigue siendo relevante para nosotros hoy en día a la hora de apreciar la esencia de la belleza de los objetos cotidianos, sencillos pero honestos; belleza que tendemos a ignorar con demasiada facilidad.
Con un entusiasmo y una pasión increíbles, Yanagi llegó a reunir cerca de 17000 piezas para The Japan Folk Crafts Museum (Museo de Artesanías Populares de Japón). Todos estos objetos, elaborados por artesanos anónimos que trabajaban sin la consciencia creativa propia de los artistas, están imbuidos de un encanto inefable, fundado unas veces en su sencillez y, otras, en su audacia.
Fue precisamente gracias a su actividad como coleccionista que Yanagi desarrolló su filosofía sobre la paz mundial y su fe en los votos salvadores del Buda Amida. ¿Qué intentó enseñarnos Yanagi acerca la belleza? ¿Cuál es la quintaesencia de su naturaleza? Si, mediante este libro, el lector logra profundizar algo más en su conocimiento sobre la fuente de la que brota el misterioso poder de la belleza en el que seguimos envueltos, me sentiré inmensamente agradecido.
Naoto Fukasawa
Director de The Japan Folk Crafts Museum
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL
SOETSU YANAGI (1889-1961)
Soetsu Yanagi nació en Minato, una de las actuales regiones especiales de Tokio, el 21 de marzo de 1889. Fue el tercer hijo de Narayoshi y Katsuko Yanagi. Narayoshi, un oficial naval, era conocido como matemático y topógrafo. Katsuko, por su parte, era la hermana mayor de Jigoro Kano, fundador del Instituto Kodokan de Judo.
Yanagi entró en la prestigiosa escuela Gakushuin (Peers School) en 1901 y comenzó a cursar el bachillerato en 1907. En el instituto estuvo bajo la tutela del filósofo Kitaro Nishida (1870-1945) y del erudito budista D. T. Suzuki (1870-1966). Durante este periodo, Yanagi trabó relación también con los que luego serían los fundadores de la revista literaria Shirakaba (‘El abedul blanco’): los novelistas Naoya Shiga (1883-1971) y Saneatsu Mushanokoji (1855-1976). En 1910, Yanagi participó en el lanzamiento de Shirakaba, en la que luego publicaría artículos y en la que llegaría a desempeñar una función importante. Durante el año anterior, 1909, antes de entrar en la universidad conoció al alfarero de estudio y profesor de arte británico Bernard Leach (1887-1979), quien estaba por entonces visitando Japón y con quien Yanagi forjó una amistad que mantendrían a lo largo de su vida. Hacia 1913, después de graduarse en la universidad, Yanagi descubrió a William Blake (1757-1827) y se quedó fascinado con su obra, en relación con la cual publicaría después agudos estudios y organizaría exposiciones. En 1914, cuando contaba 24 años, contrajo matrimonio con la cantante Kaneko Nakajima y se estableció en Abiko, en la prefectura de Chiba. Ese mismo año, conoció a Noritaka Asakawa (1841-1964), el mayor de dos hermanos que resultarían decisivos a la hora de despertar la curiosidad de Yanagi por el arte coreano. Dos años más tarde, conocería también al hermano menor de los Asakawa, Takumi (1891-1931). Durante esta época, el foco de los intereses de Yanagi mudó de Occidente a Oriente y de las bellas artes a la artesanía popular. Entre los amigos y conocidos a los que frecuentó en ese periodo se encontraban algunos de los que colaborarían con él en la promoción de las artesanías populares, como Shoji Hamada, al que conoció en 1919, y Kanjiro Kawai, con quien trabó amistad en 1924. En ese mismo año, Yanagi estableció, junto con los hermanos Asakawa, un museo de artesanía popular japonesa en el palacio Gyeongbokgung de Seúl, en el que se celebraron numerosas exposiciones. Fue también ese año cuando se produjo el revelador encuentro con las estatuas de Mokujiki y el comienzo de sus investigaciones sobre este escultor, a cuyo estudió se entregó y en busca de cuyas obras recorrió todo Japón. Durante esos viajes y esas investigaciones de campo, Yanagi descubrió la belleza quintaesencial de los objetos utilitarios y cotidianos empleados por la gente común. En 1925, Yanagi, junto con otros colegas como Hamada y Kawai —quienes lo acompañaban a menudo en sus viajes—, bautizó a estos objetos como mingei, o “artesanía popular”, al tiempo que planteaba la cuestión de la belleza y el valor de los objetos sencillos y cotidianos. Sintiendo la necesidad perentoria de fundar un museo que pudiera albergar esa clase de piezas, un año más tarde publicaría una “Propuesta para la fundación de un Museo de las Artesanías Populares de Japón”, marcando el inicio del movimiento de defensa de las artes y oficios populares.
Gracias al esfuerzo de Yanagi y de otros, en 1934 se estableció la Asociación de Artesanía Popular de Japón, cuyo primer director fue el propio Yanagi. Tras muchos esfuerzos, The Japan Folk Crafts Museum fue finalmente inaugurado en octubre de 1936, con el fin de exhibir la belleza de los objetos artesanales populares japoneses, 10 años después de la publicación de la “Propuesta”. Yanagi fue su primer director.
Mientras tanto, Yanagi prosiguió con sus investigaciones a lo largo y ancho del país, desde la región de Tohoku hasta las de San’in y Sanyo y la isla de Kyushu, sin olvidar Corea. En 1938 visitó por primera vez Okinawa, isla a la que regresaría hasta en cuatro ocasiones para proseguir su labor de documentación, y a la que consideraba un verdadero tesoro, hasta entonces oculto, de las artesanías populares japonesas. Sus trabajos de campo y el amplio territorio que cubrieron sus peregrinaciones de coleccionista alumbraron varios informes, artículos académicos y discursos sobre estética y artesanía popular, así como sobre filosofía de la religión, por no mencionar la cantidad de exposiciones de arte y artesanía que también originaron.
Tras dedicar toda su vida al estudio de las artesanías populares, en 1949 Yanagi legó todas sus propiedades y colecciones al museo y, en 1958, cedió también a la institución todos sus derechos de propiedad intelectual. El año anterior, en 1957, el Gobierno japonés le había concedido la Orden del Mérito Cultural. Yanagi falleció en 1961.
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL