En el trabajo creativo, no hay crítico más despiadado que uno mismo. Es hora de plantar cara a tu crítico interior y enseñarle unas cuantas verdades…
1–Todo el mundo es creativo
2–Las excusas son el enemigo
3–Las etiquetas son para las conservas, no para las personas
4–La hoja en blanco puede deslumbrarte
5–La envidia es un semáforo en verde
6–Tu crítico interior es un cretino
7–Nadie puede arrebatarte el lápiz de las manos
8–Del fracaso surge la genialidad
9–Crear en el vacío es un asco
10–Los bloqueos están para romperlos
Si eres una persona creativa (y sin duda lo eres, como afirma la verdad número 1), descubrirás que todo lo anterior es cierto aunque tu yo más negativo persista en bloquearte y dejar tu mente en blanco. ¡Aprende a aceptar estas 10 máximas como parte de tu proceso artístico y verás cómo tu trabajo avanza a pasos agigantados!
Índice
Introducción
CAPÍTULO 1 Todo el mundo es creativo
CAPÍTULO 2 Las excusas son el enemigo
CAPÍTULO 3 Las etiquetas son para las conservas, no para las personas
CAPÍTULO 4 La hoja en blanco puede deslumbrarte
CAPÍTULO 5 La envidia es un semáforo en verde
CAPÍTULO 6 Tu crítico interior es un cretino
CAPÍTULO 7 Nadie puede arrebatarte el lápiz de las manos
CAPÍTULO 8 Del fracaso surge la genialidad
CAPÍTULO 9 Crear en el vacío es un asco
CAPÍTULO 10 Los bloqueos están para romperlos
Bienvenidos al club
Agradecimientos
Introducción
Mira lo que tienes aquí, una página totalmente vacía, en blanco. ¿Y se supone que vas a llenarla tú? Tú no eres capaz de escribir un libro entero. A ver, si ni siquiera eres “escritora”.
De verdad, menudo cretino.
Cuando me dieron luz verde para escribir este libro, me embargó el entusiasmo. Tenía tantísimas ideas en la cabeza que apenas podía esperar para contarlas. Creí que me lanzaría a esta nueva y emocionante aventura sin temor, pero debo confesar que practiqué la procrastinación de todas las maneras posibles. Reunión inicial con una de las artistas que más me gustan del mundo entero, Marta Rich: hecho. Releer cincuenta veces mi declaración de intenciones inicial: hecho. Comprar un cuaderno fucsia para poner por escrito todas mis brillantes ideas: hecho. Y así, los días fueron dando paso a las semanas. Los plazos se acortaban. Y aquella emocionante —aterradora— tarea seguía sin hacerse.
Creí que no me fallaría la autoestima a la hora de escribir este libro. Estaba emocionada. ¡Estaba lista! Las cosas cambiaron cuando tuve que enfrentarme cara a cara con el rectángulo blanco brillante y el cursor parpadeante de Microsoft Word. Sufrí un pequeño —vale, bastante grande— ataque de pánico y tuve que oír un larguísimo sermón de mi voz crítica interior.
Ya llevaba décadas teniendo problemas con mi crítico interior. Estoy casi segura de que todo empezó con una crítica terrible que me hicieron en el último curso de Bellas Artes (hablaré de ello más adelante), hace ya más de veinte años. Pero, por fortuna, fue probablemente aquella experiencia lo que me llevó en 2009 a publicar mi blog sobre arte, The Jealous Curator. Pasé de sentirme completamente sola con mis celos creativos a verme rodeada de miles de lectores afines y comprensivos. Al difundir los trabajos de artistas contemporáneos que inicialmente me habían provocado envidia, poco a poco empecé a darme cuenta de que no hay necesidad alguna de sentir celos. Hay espacio de sobra para todo aquel que quiera ser creativo. En determinado punto del camino, aquella envidia desmoralizante dio paso a una motivación inspiradora, de esas que te impulsan a dirigirte al estudio y ponerte a trabajar.
Qué alivio.
Poco a poco empecé a entenderlo todo. Y luego, lo que me ayudó de verdad a poner las cosas en su sitio fue el primer libro que escribí, Creative Block.
Perdón. Ese ha sido otra vez mi crítico interior. En fin, como iba diciendo antes de esta grosera interrupción, en Creative Block me dediqué a preguntar a diversos artistas profesionales sobre el bloqueo creativo, las dudas sobre uno mismo y el temible crítico interior. No tenía ni idea de cómo iban a responder a mis preguntas. Supuse que la mayoría me contestarían algo como esto: “¿Crítico interior? Ah, no. Yo no tengo de eso. El crítico interior es solo cosa de aficionados”. Pero el conjunto de sus respuestas me dejó atónita. Personas que yo creía que tenían resuelto todo el asunto de la creatividad se sentían exactamente igual que yo... y que tú, y que cualquier otra persona creativa del mundo.
Todos nos bloqueamos. A todos nos da la lata el crítico interior. Y nadie es inmune al efecto del bloqueo creativo que nos produce recibir críticas negativas.
Eso es así. Cuando salí de viaje para promocionar Creative Block y escuché las historias de cientos de personas más, me vi inmersa en todo un mar de realidades diferentes sobre lo que supone ser una persona creativa. Y esas realidades pueden sintetizarse en diez verdades: a cada una de ellas está dedicado un capítulo de este libro.
Estas verdades abarcan un amplio espectro: desde cómo lidiar con las críticas negativas y desmoralizantes hasta cómo acallar al crítico amargado que llevas dentro. Afrontaremos el hecho de que una página en blanco puede resultar completamente terrorífica y aprenderemos a surcar sus aguas. Hablaremos sobre cómo convertir la envidia en un semáforo que dé luz verde a la creatividad, sobre cómo fracasar hasta convertirnos en genios y sobre la importancia de hallar un grupo de personas de confianza con quienes compartir nuestro trabajo y nuestro camino en general.
He escrito este libro porque quería que toda persona creativa supiera que formamos parte de un grupo de gente enorme, increíble y de mucho talento. Sabemos que ser una persona creativa puede hacernos sentir aislados, pero ninguno de nosotros está en realidad solo. Todo el mundo, hasta quienes se dedican a esto profesionalmente, se ha encontrado algunas de estas realidades —o con todas ellas— en su trayectoria. Pero casi nunca se habla de ello; de ahí que nos sintamos solos. Lee este libro de cabo a rabo o salta de un capítulo a otro, como quieras. Busca en él las historias que te toquen la fibra y que te sirvan para tus propósitos creativos. Me he asegurado de dejar un poco de espacio adicional en los márgenes del libro para que puedas anotar las ideas que puedan ir surgiendo mientras lees. A mí me encanta tomar notas (afirma la chica de la libreta rosa fucsia).
Espero que estas diez verdades os aporten los mismos momentos de claridad, de revelación, que yo he experimentado gracias a la franqueza y la actitud receptiva de tantos de vosotros.
Nos vemos al otro lado.
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL